Lectura: 1º Timoteo 2:8-15
Por Carlos Samuel Mansilla
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Plan: 20 días con 1º Timoteo.
Un breve tratado sobre la primera epístola de Pablo a Timoteo
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Hay grandes verdades en el evangelio que nos alertan de la convivencia en nuestras comunidades de FE, en las congregaciones, y en general, en la comunión de la Iglesia del Señor. Pablo sigue hablando de la oración y el orden relacional ante Dios, pero comienza a poner especial énfasis sobre situaciones que merecen ser ordenadas, corregidas y encaminadas.
Antes de continuar tengamos en cuenta que si bien estas instrucciones tenían la intención de corregir, detrás de estos errores había un tema más profundo que surgía de la acción de los falsos maestros y de las enseñanzas equivocadas y de mujeres ociosas que se dejaban influenciar.
Para esto Pablo refiere el lugar idóneo de cada uno según el orden creacional dado por Dios. Quizá a muchos no les gusten estas correcciones pero reflejan lo establecido por Dios para glorificar su nombre.
El lugar del hombre es tomar la iniciativa en la oración en todo lugar de forma pura y honesta, y por lo visto, esto no estaba sucediendo, y también es un síntoma que vemos hoy en día, en donde los hombres no tienen iniciativas, y muchos están estancados en un pánico paralizante y lejos de la vida de Dios. Y levantan las manos en adoración estando en desorden, enojados, en posturas que no agradan a Dios y promovidos por falsas doctrinas.
Aparentemente también habían mujeres que se conducián desordenadamente y tenían malas motivaciones. Podemos ver que no se callaban, que no se sujetaban, que se imponían y avasallaban a los hombres queriendo dominarlos, contradiciendo y enfrentando las enseñanzas y además de todo esto, su manera de vestir y sus aspectos dejaban mucho que desear y no soportaban que les indiquen que cambien sus modales o que sean cuidadosas en su aspecto, pero fundamentalmente no tenían temor a Dios.
Hoy en día debemos trabajar en la corrección de este tipo de mujeres que son impulsadas por deseos contra la voluntad de Dios, en la corrección de esta clase de hombres aniñados, sin iniciativa y con poco carácter, y en la corrección de personas con motivaciones pecaminosas impulsados por doctrinas falsas y adulteradas.
Este fragmento está estrechamente vinculado con 1 Timoteo 5:11-15 y con 2 Timoteo 3:1-7 y casi se expone lo mismo y pueden leerlo para adicionar a este breve tratado y marca el estado de la Iglesia de Éfeso y el arduo trabajo que tenía Timoteo por delante como gran desafío.
Sin dudas, todos tenemos un lugar de privilegio, existe un orden establecido por Dios y debemos saber como debe conducirse con integridad en el cuerpo de Cristo. Esta carta es justamente para esto: “para saber como conducirnos en la Casa de Dios, Iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”, citando a 1 Timoteo 2:15.
Lo que nunca puede suceder es que haya desorden, y sobre todo desorden en los asuntos espirituales que definen nuestras vidas. Y en caso de circunstancias y acontecimientos que alteren lo establecido por Dios hay que saber corregir y subsanar.
Aquí también Dios muestra su salvación, su amor y su misericordia. Porque el reino de Dios se maneja bajo autoridad, en obediencia, con responsabilidades, con dones específicos y cada uno ubicado en el lugar que Dios ha establecido.
Así como Jesús siempre se sujetó (y se sujeta) al Padre y nunca hizo lo que quiso sino la voluntad del que lo envió, así debemos proceder nosotros en los matrimonios y en las congregaciones. Jesús nunca fue sometido por el Padre con actos y acciones egoístas, malvadas y tiranas, o con un dominio irracional y arbitrario, sino que cumplió su función haciendo ejercicio de su lugar privilegiado en una unión trascendental con privilegios particulares que persiguieron (y persiguen) un mayor propósito. Por eso debemos entender las funciones dispuestas por Dios en sujeción y en autoridad para propósitos sumamente mayores y en beneficio de todos para salvación.
Muchas mujeres y varones, y sin ánimo de generalizar, no están cumpliendo ni entendiendo las responsabilidades que Dios les ha dado a cada uno. Detrás del orden creacional establecido por Dios hay grandes bendiciones para que el cuerpo de Cristo funcione de manera gloriosa en la formación y el funcionamiento de la Iglesia. Y aunque muchas personas solo ven todo esto como algo malo y creen que Pablo era un rencoroso y resentido con las mujeres, en realidad, la sujeción y la autoridad en las familias, en las Iglesias y en el cuerpo de Cristo de acuerdo al orden creacional, y por cierto, en la eternidad, son para salvación y muestran el amor y la misericordia de Dios al cubrirnos y protegernos del maligno.
© Carlos Samuel Mansilla
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06 EL ORDEN CREACIONAL